jueves, 13 de mayo de 2010

Capítulo 38

Cap. 38
A las 9:30 y como habíamos quedado Saki me paso a recoger. Estuve hablando con el, en el trayecto hasta la casa de los twins, no demasiado pero lo suficiente para distraerme y no pensar mas en lo que me esperaría a la llegada.
Me sorprendió el ver que Shaki no sacaba mis bártulos del coche, así que abrí yo el maletero y empecé a hacerlo. Cuando me vio se acerco y me detuvo diciendo que no hacia falta, Bill ya estaba esperando.
Aquello me desconcertó pero como no sabia muy bien nada de lo que ocurría cruce el jardín para llegar a casa y que Bill me lo explicara.
La puerta estaba entreabierta así que solo la golpee un poco para entrar, y vi a un hombre de unos 40 años, bajito y calvo con unas tijeras de podar.
Por poco me da un perrenke y mas cuando intentó explicarme algo que no entendía, claro, era alemán y encima de pueblo, tijera en mano como para hacerme cualquier eskavechina.
Menos mal que en cuanto empecé a poner cara de: socorro que alguien me ayude! Apareció Bill por la puerta del salón y le indico algo, al buen hombre ese q se piro.
B: Que cara traes.. – me escribió en la tablilla que llevaba colgada del pecho –
Yo: Porque no te has visto tu!! Jajaja. Esta graciosísimo con la pizarrilla esa!! Jajaja
B: Déjate de reírte de mi que soy un pobre enfermo!
Yo: Si si enfermo!! Pero si estas mas negro que los cojones de un grillo de estar todo el dia a la bartola!!
B: Los cohons de un grilo?? que es eso?? – dijo con cara extraña –
Yo: Jajaja ahora si que estas gracioso!! jajaja. Con la pizarrilla esa de tullido, cara de haberte comido un par de limones y repitiendo con tu acento de guiri ‘cojones de un grillo’!!! jajja que me meo!!
Se ve que había cogido callo los últimos días a eso de escribir, cada vez lo hacia mas rápido y con mas diminutivos.
B: Bien.. veo que no tienes ningún tipo de compasión por un pobre enfermo y no solo eso!! si no que encima te ríes de el…
Yo pensé: Si enfermo si!! Hijo mío, si todos los enfermos fueran como tu!! Ya me iba yo a un hospital a hacer niños!!
Iba perfectamente arreglado. Su pelo impecable, maquillado a la perfección y su vestimenta como siempre no dejaba indiferente a nadie. Esta vez unos pantalones grises oscuros con camiseta negra, cinto plateado con maxi-evilla, botas negras y chaqueta de cuero blanca que le resaltaba el buen color que había cogido los últimos días tirado al solete. En definitiva guapísimo!! Pero pasando mas calor que un pato!
Yo: Bill vas a algún lado??
B: No perdona, te estas equivocando..
Le mire arqueando ambas cejas a modo de no entender un carajo de lo que me estaba diciendo. Hizo un cómico gesto como aclarándose la voz y señalándome escribió:
B: ‘Vamos’, ‘vamos’ a algún lado.
Yo: Ah si?? Genial! Ya decía yo que tu para hacer el baño no te vestías así.. jajaja
Me sonrió forzadamente recordándome una vez mas que no podía reírse.
Yo: Aisss es cierto!! Lo siento!! Siempre se me olvida..
Nos dirigimos a la puerta y mientras la cerraba, le pregunte:
Yo: Oye igual debería dejar mis cosas aquí, no?? Digo por no andar trayendo y llevando del coche…
B: No pasa nada, luego las dejamos.
Asentí sin querer preguntar mas.
Fuimos al garaje, donde estaba Saaki esperándonos en la furgoneta negra.
pensé que seria algo arriesgado salir de su casa en ese vehículo. Nos podían ver perfectamente y encima juntos, pero si el no decía nada yo tampoco.
Me senté en el asiento trasero, en la 3º fila, donde los cristales tintados taparan mi figura para la salida. Una vez pasado el mal trago me puse al lado de Bill.
B: Donde te apetecería ir??
Yo: No se.. no se supone que era una sorpresa??
B: Si, pero yo te pregunto… se aceptan opiniones de todo tipo.
Yo: No lo he pensado.. aunque con este dia tan maravilloso apetece ir a comer tranquilamente a una terraza mientras nos da el solito y nos tomamos un cóctel!! Jajaja
B: Calla no me hagas reír!! Jaja
Yo: Joe no voy a poder decir na.. a mi las tonterías me salen solas!!
B: Pues reprímete que yo también lo hago…
Yo: Ah si?? Jajaja. Estará difícil hacer cualquier tipo de chiste con una pizarrilla,no?
B: No me refería a ese tipo de represión…
Cuando vi esa frase escrita me subió de repente un calor latente en mi cara.
Bill sonrió y mirándome, le indico a Saki una dirección.
Para romper un poco aquel silencio le pregunte:
Yo: Ya esta decidido entonces?
B: Lleva ya algunos días decidido…
Yo: Ah si?? Entonces porque me preguntas!! Jajaja
Sonrió y se acerco a mi hasta rodearme con sus brazos. Mi primera reacción fue apartarme rápidamente, no se porque, pero me pillo desprevenida!!
Yo: Que haces…
No me respondía. Que difícil era comunicarse sin que pudiera hablar!! Me quede quieta esperando la actuación de Bill. Note como una fina tela cegaba mis ojos y sus manos hacían presión anudándomela en el cuello.
Saki: No te preocupes Ametz, es un pequeño juego.. hago de la voz de Bill, eh??- dijo en un tono mas bajo -
Yo: Si, si juego! El que os traéis con esta pobre cateta que no se entera de nada! - decía tan feliz como nerviosa -
El coche paro y oí como Saki salía del coche y abría el maletero sacando las maletas de atrás y seguido Bill que rodeo el coche, abrió mi puerta y tocando mi mano, extendió la suya para sujetármela y guiarme. Yo hablaba aun sabiendo que el no me podía responder.
Yo: Bill donde vamos?? Me estoy empezando a poner nerviosa.. - pero para que leches hablo?? Sino me puede responder!! - Esto es una agonía hijo..yo hablo y hablo para nada..porque no me vas a contestar…
Me fue guiando entre lo que parecía una multitud de gente, ruidos de coches y de repente un frío helador.
Yo: Joder que frío!! - dije parándome -
Saki como seguía haciendo de voz en off y me respondió:
Saki: Tranquila es el aire acondicionado, lo tienen bastante alto. Bill ponte la bufanda.
Yo: Jajaja que gracia!! Como si fuera tu padre!! - solté en alto - Te has traído una bufanda?? Jajaja si hace 43º C!!
Saki: Muchas veces así es…hago de su padre…
De repente y en seco, paramos cuando note el brazo de Shaki en mi estomago a modo de barrera. Dijo algo en alemán que no entendí y seguido me aclaro:
Saki: No podemos ir por el sitio planeado. Hay prensa.
Me asuste un poco, no sabia ni donde estaba, ni donde iba, ni que es lo que estaba pasando. Pero pensé que por mucho que preguntase Bill no me podía responder así que decidí guardar silencio y al igual que el, seguir las instrucciones de Saki, a pesar de que los nervios me estaban matando.
Avanzábamos de prisa entre el barullo de la gente y creo que para no inquietarme más de lo que ya estaba Bill no me soltó la mano en ningún momento.
Intentaba averiguar a cada segundo que pasaba, donde nos encontrábamos o a dónde nos dirigíamos, pero mis dudas fueron disipadas cuando oí con toda claridad la llamada de un vuelo por megafonía con destino Londres.
Al instante me gire en un respingo sobre el pequeño banquito en el que nos habíamos sentado y quitándome la venda con mi mano derecha miré a Bill totalmente sobresaltada para preguntarle con voz emotiva:
Yo: Se puede saber qué hacemos en el aeropuerto y adonde supone que vamos?
Bill hizo un pequeño gesto con su cuello inclinándolo hacia un lado denotando desilusión. Acto seguido cogió la pequeña pizarra y me contestó escribiendo:
B: Eso no vale!
Yo: Pero como que no vale? Me quieres explicar qué es lo que hacemos aquí? - le decía rebosante de felicidad mientras me reía nerviosa acabando de descubrir que no estábamos en el aeropuerto de Berlín porque fuéramos a comer en su restaurante -
B: Te dije que era una sorpresa y tu me la estás fastidiando!
Yo: Yo??
Se giro algo entristecido mirando al frente alargando sus piernas. Cruzo sus brazos sobre su regazo y frunció el ceño en un momento de enfado infantil.
Me di cuenta que el que yo me acabara de quitar la venda le desilusionó por completó, así que intentando solucionar la situación y teniendo en cuenta la dificultad que teníamos para entendernos me acerqué mas a el cogiéndole la mano y diciendo:
Yo: Bill siento si te ha molestado… pero es que al oír la llamada para el vuelo de Londres es cuando he comprendido dónde estábamos y me ha sorprendido… no quería fastidiarte la sorpresa.. lo siento.
B: No es para tanto… sólo que me hacía ilusión que no supieras nada de nada hasta que llegamos al destino.
Yo: O sea que nos vamos de viaje??
B: Eso parece…
Yo: Como que eso parece?? – mi emoción crecía por momentos –
Bill asintió con cara de felicidad mientras entrelazaba mi mano con las suyas.
Yo: Bueno pues ahora que ya se que nos dirigimos hacia algún destino, El que supongo no me vas a decir, por lo menos explícame el porqué de esto..
Bill escribió durante algunos minutos algo parecido a un croquis en la pizarra para acto seguido mostrármelo.
B: En cuanto me detectaron el quiste en las cuerdas vocales decidí que era el momento de hacer aquello que tanto Tom como yo deseábamos. Se supone que estas sorpresa era para el, pero debido a algún problema personal y falta de ánimo estos últimos días ha decidido que no era el mejor momento para hacerlo; así que el día que viniste a verme a casa pensé que si no lo hacia con el, lo haría contigo.
Yo: Me alegra que cuentes conmigo para algo como esto, que no se muy bien lo que es, pero que si tanta ilusión te hace a ti, seguro que a mí también. Aissss si es que en el fondo eres un solete!!! – le grite graciosa mientras le estrujaba los papotes –
B: Como en el fondo??
Yo: Jajaja
Decidí después de, alguno modo ‘La pequeña confesión’ que Bill me acababa de hacer , que ese era el momento, al igual que el, de hacer aquello que tanto deseaba. Volver a besarle como la primera vez.
Me acerqué lentamente a el, recorriendo la pequeña distancia que nos separaba, y sin desviar mi mirada de la suya, cerré mis ojos para sentir la suavidad de sus labios una vez más en los míos. Bill, impasible, esperaba exactamente lo mismo que yo, sólo que el no se atrevía a hacerlo. y cuando sentía su entrecortada respiración en mi boca apareció saki, tras de Bill, algo exaltado, para indicarnos con la misma rapidez con la que nos hizo levantar, que nuestro vuelo salía en 30 minutos y teníamos que dirigirnos inmediatamente a la puerta de embarque ya que éramos los últimos en entrar. Para evitar aglomeraciones en el avión.
Hicimos tal y como Saki nos indico. Estando en la puerta de embarque correspondiente, se despidió de nosotros y nos deseo una feliz estancia.
Me llamo la atención el que no nos acompañaría, ya que se había convertido en los últimos dos años en la sombra de Bill, pero como el mismo me explico, a nuestra llegada, Bill dispondría de otra agencia de seguridad.
Estando sentados en nuestros asientos Bill me hizo prometerle que no intentaría averiguar el destino al que nos dirigíamos. Y aunque me moría de ganas por saberlo, me pareció justo aceptar su condición.
Viajábamos el los primeros asientos de aquel, Boeing 747, con destino desconocido por lo menos para mí.
Cuando llevábamos tan sólo alrededor de 2 horas de vuelo el comandante anunció la llegada a Helsinki y sus 25° de temperatura. Cuando escuché el destino me sorprendió enormemente, me imaginaba algo más parecido a las Seychelles o quizá Bora Bora.
Bajamos apresuradamente del avión dirigiéndonos por unas escaleras automáticas desde la Terminal 2 en la que estábamos, a la Terminal 5 de salidas. Fuimos los primeros en hacerlo para no encontrar fans o prensa, y gracias a las medidas tomadas por Saki desde Berlín.
Fue entonces y gracias, a esa sonrisa de Bill, a la que me empezaba a acostumbrar cuando estaba contento, que me di cuenta que ese no era el destino final sino que era la escala que debíamos hacer para coger otro segundo vuelo.
Al embarcar de nuevo intente sonsacarle el destino de nuestro viaje. Pero se negó y me recordó que un trato era un trato, y que había dado mi palabra de que no intentaría saberlo.
Este segundo vuelo duró aproximadamente unas 9 horas, en las cuales después de sobornar, agredir, cohechar e intentar averiguar adónde nos dirigíamos, desistí, e hice lo mismo que Bill, echarme a dormir.
Cuando desperté de la pequeña siesta, le encontré mirándome, lo cual me produjo una tierna y agradable sensación que hizo se me dibujará una graciosa sonrisilla que el me correspondió.
Las siguientes 4 horas y hasta la llegada, nos pasamos hablando. No de demasiadas cosas, por que el hecho de que todo lo que quisiera decir lo tendría que escribir en esa pizarra que se había convertido en los últimos días en una prolongación de su cuerpo, hacía muy difícil la comunicación, pero mucho más divertido cualquier tema que tratábamos, sobre todo para mí.
Me estaba intentando explicar mediante gestos y onomatopeyas el dia que Georg se saco el carnet de conducir, y recordé instantáneamente a Nekane, y que ese mismo dia me esperaba de regreso en Barcelona. Con tanta sorpresa y acontecimiento junto, lo había olvidado por completo. Interrumpí a Bill diciendo:
Yo: Nekane!! – mientras me llevaba las manos a la cabeza –
Bill me miro entre extrañado y sorprendido, y me hizo un gesto con la cabeza como para que le explicase que había pasado.
Yo: Nekane!! Estará esperando que llegue hoy de vuelta…Se me ha pasado completamente!! Y no la puedo avisar.. además ya habrá vuelto de casa de su hermano, y esta sola!
A cada palabra que decía Bill entrecerraba los ojos un poco mas como asimilando la información, y con una mirada que me echó de reojo mientras escribía, me pregunto:
B: Ya que sacas el tema de Nekane, me vas a contar que es lo que ha pasado para que no le de señales de vida a Georg??
Ay dioss. Pensaba que ya me había escapado de esa embarazosa situación, y nunca mejor dicho, cuando Bill me salto esto.
Puse la mejor cara que pude para contestarle a su pregunta.
Yo: Con Nekane? Nada… igual la cosa entre ellos se ha enfriado…
Bill: Enfriado?? – me dijo con cara de incredulidad –
Bill: Una cosa es que la distancia se haga cada vez más difícil según pasa el tiempo y otra es que de un día para otro y sin dar ningún tipo de explicación no te cojan el teléfono!
Aunque es muy difícil entender el sentimiento con el que te quieren decir algo cuando no puedes hablar, su cara en aquel momento habló por el.
Yo: Bueno Bill… son cosas de ellos dos; yo… poco te puedo decir.
B: Pero seguro que, más, de lo que ahora mismo se, si.
Recordé en aquel momento, el acuerdo al que Nekane y yo habíamos llegado; y era decir que Nekane había vuelto con mi primo.
Eso fue exactamente lo que yo le dije a Bill.
Cuando oyó lo que acababa de decirle, su primer impacto fue a abrir los ojos de una manera expectante, para luego cruzarse de brazos mientras movía su cabeza a modo de negación. El no volvió a preguntar sobre el tema y yo no lo volví a sacar. Sabía que esa no era una buena solución ni para Georg ni para Nekane, pero eso ya no estaba en mis manos.
Al aterrizar un sentimiento de incertidumbre se apoderó de mí mientras nerviosa chasqueaba los dedos.
Nada más salir del avión, me di cuenta de donde nos encontrábamos.

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