viernes, 14 de mayo de 2010

Capítulo 52

Llego la última noche de nuestra estancia, y también de la cena de etiqueta a la que tantas ganas tenía de asistir; tal vez por la intriga que Bill había hecho que rodeara ese momento.
Me iba a dirigir al saloncito a cambiarme cuando llamaron al teléfono de la habitación y después de colgar, Bill me dijo que tenían algo para mí en recepción.Salí con el el vestido ya puesto, aunque Bill no se percato porque se había metido en el baño, y al llegar allí, me dieron lo que parecía una caja, envuelta en papel brillante gris con un un lazo negro y un sobre, y acto seguido, después de recogerla, una rosa negra.
Al preguntar quien había dejado aquello, me respondieron preguntando:
-Quien cree señorita??
En el camino de vuelta abrí lo primero el sobre, donde encontré una carta que decía en letras cursivas:
PONTELAS ANTES DE LLEGAR
Rompí el fino papel que la envolvía y al descubrirlo encontré unas preciosas sandalias negras de Gucci, con un interminable tacón.
Me puse a dar saltos de alegría como una loca.
Eran preciosas! Bill conocía muy bien mi gusto o es que ambos teníamos el mismo.Me las puse inmediatamente después de desenvolverlas y con una dificultad bastante importante para andar llegué hasta nuestro bungalow, rodeándolo por la parte trasera, cuando lo que vi me hizo pestañear mas de 1 y 2 veces, incrédula de la silueta que ante mi aparecía.
Pero estaba segura de que era Bill! o la estatua de la libertad! una de dos! xDAsí que acercándome con una risa nerviosa, también en parte por miedo de caerme al agua atravesando la pasarela con esos tacones, me reuní con el y cuando se dio la vuelta descubrí que las sorpresas no habían terminado.
Bill, vestía un traje negro satinado, perfectamente adornado por una camisa blanca de pequeños motivos del mismo color y corbata negra a su vez.
No le había visto tan guapo en mi vida.
Sus ojos tan correctamente maquillados como siempre, el pelo impecable, sus uñas rozando la perfección y aquel traje que estaba segura se lo habían hecho a medida. Ninguna de las costuras bailaba a su antojo, todas se ceñían de tal manera que quedaban totalmente rectas y amoldadas a su cuerpo; además la falta de toda joya le hacía parecer, esta vez si, todo un hombre.
Quise decirle lo sumamente guapo que estaba esa noche, pero creo que el impacto que me habían provocado, sólo me dejó esbozar una sonrisa.
B: Tu también estás preciosa! esas sandalias te quedan mejor de lo que esperaba! El vestido te sienta genial!
Yo: Bill… estas… es que…
B: Tu no dijiste que había que ir de etiqueta?? pues eso es lo que he hecho.
Yo: Estas guapísimo!!
B: Gracias…voy a juego contigo entonces.
Yo: Jajaja
B: Creo que vamos a ser los más guapos de la fiesta.
Yo: si, sobre todo porque no creo que haya mucha gente más y seguro que ningún hombre maquillado!!
Llegamos al restaurante donde se celebraba la cena, dando un lento paseo que me facilitó y bastante, la llegada.
Nos sentaron en una mesa redonda para dos, a la orilla del mar y fuimos degustando los deliciosos platos del menú afrodisíaco que la cena componían.
• Ensalada ‘Jardin del Eden’: Con papaya, manzana y aguacate.• ‘Ostras Apasionadas’: Con mostaza, Alicé, pimienta y cristales de Sal.• ‘Pollo al Disaronno’• ‘Embrujo de chocolate’
Mi favorito el Pollo al Disaronno y el de Bill el postre; que ya en el 2º bocado que le dio y creo, que no aguantando mas me dijo:
B: Quieres dejar de mirarme así?? me siento más raro de lo que ya estoy!
Yo: Jajaja, es que… no tengo palabras…
B: Eso es porque tú no te has visto bien
Yo: Jajaja, gracias peke; pero hoy tengo que discutirte. Hoy te llevas la palma en hermosura hijo!!
B: No hace falta que me dores la píldora! Las sandalias son un regalo!
Yo: Yuujjuuuuu! – grite levantándome de la silla –
Ambos nos reímos, y mas yo que al volver a sentar mi precioso trasero en aquella maldita silla, por poco me caigo de culo!
Yo: Las sandalias son ideales, pero lo que más me ha gustado ha sido la Rosa, cómo sabías que las negras eran mis favoritas?? – es lo que siempre se dice ante un regalo tan caro y que encima sabes que te vas a quedar!! >.< -
B: No lo sabía… pero las mías si que lo son… así que… Yo: Es preciosa.

B: Esa la puedes conservar todo el tiempo que quieras, no se marchita. Es una flor deshidratada, así que, si tienes cuidado de que no se rompa, te puede durar toda la vida…

Terminamos la cena y yo ya tenía ganas de fiestilla.

Yo: Bueno… hoy sí que beberemos unos cuantos cubatas, no??

B: Hoy?? pero si no hemos parado de en beber el todo el día!! Entre beber y f… - le interrumpí – Yo: Bill!!!

B: Pues eso, quieres mas??

Yo: Es la última noche! la traca final! jajaja

B La que??

Yo: La ‘mascletá’ hombre!!

B: La que?? – dijo con cara de asombro –

Yo: Jajaja, nada nada, cuando conozcas a mi amiga Cris, se lo preguntas, que por cierto estarán este finde que viene en Barcelona, para mi vuelta.

B: Ok, cuando la conozca lo haré. Aunque sabiendo cómo eres, e imaginando que ella sea del estilo… haber que burrada me suelta!!!

Yo: Tranqui, tu hoy vas a saber lo que significa!! jajaja.

Me levante hasta la barra y pedí dos cócteles, que , componían como guinda final, la cena. • ‘Elixir de amor’ A mi solo el nombre me empalagó hasta mas no poder, pero cuando pregunte de que estaba hecho pensé que a ambos nos gustaría. Nos lo trajeron; ese, y otros cuantos mas, mientras sin saberlo, el nombrecito del dichoso cóctel nos ocupo la mayor parte de conversación de la noche. Diferencias sobre la fidelidad, el amor, las relaciones, la distancia.. punto que a mi me interesaba de sobre manera. Pero en ningún caso poniéndonos nosotros en primera persona, sino dando a conocer nuestros puntos de vista sobre aquel tema. De ahí pasamos a los cubatas, y sin darme cuenta cuando me fui a levantar para pedir a uno de los camareros, otro tipo de música que no seria tan ‘romantica’, note que el alcohol era de nuevo mi inseparable compañero. La contestación del amable señor fue: -Perdone, pero esto es una cena de gala y no una despedida de soltero! Diversas acciones vandálicas se me pasaron por la cabeza en contestación a su agradable aclaración pero por miedo a espatarrarme en el suelo, le eche una de esas miradas que fulminan y con un:

Yo: Muy amable caballero, que pena que todo el mundo no sea como usted. Que pase buenas noches y haber si de camino para su casa se cae y se escoña, con tan mala pata que el único tiburón blanco del pacifico le haga un favor desabrochándole un poco esa corbata que impide el paso del oxigeno hasta su cerebro, y si de paso le arranca la cabeza, le haría un favor.

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