viernes, 14 de mayo de 2010

Capítulo 66

Cap.66
Georg: Parto largo, cuantas horas pueden ser?
Doctor: Con las características de la paciente, podemos hablar de un intervalo desde 12 horas hasta 36, o incluso mas.
Mi cara de asombro crecía por momentos, y debía ser la única alarmada con las cifras. El Doctor se mantenía serio y calmado, y Georg lo intentaba, aunque hasta el momento lo iba consiguiendo y muy bien.
Se marcho, cuando no pudo darnos mas detalles de las siguientes horas venideras, y aproveche el momento para preguntar algo mas.
Ametz: Georg..
Se giro para mirarme, ahora con sus ojos vacíos, sin nada oculto en ellos, mas que su oscuro y pálido color verde.
Ametz: Van a venir al hospital? – le pregunte cohibida –
Me analizo como queriendo adivinar mi verdadera intención envuelta en aquella pregunta. Con cualquier tipo de conversación con el, por pequeña que seria siempre, estaba en guardia.
Georg: No veras a Bill
Ametz: No te he preguntado eso! – le conteste áspera –
Georg: Se que es lo que quieres saber
Ametz: Eres mezquino
Georg: No es necesario que el venga..
Ametz: Y los demás? – continué, solo porque mi curiosidad era mas fuerte que el sentimiento de hacerle un enorme vació –
Georg: Gus y Tom.. están de camino
Ametz: Y crees que si Tom lo sabe Bill no, o que? – le pregunte maliciosa –
Podía ser mala, y si era lo que el quería ver en mi, por lo menos que seria con conocimiento de causa.
Georg: Ya me he encargado de eso – me espeto – Bill no vendrá – Sentencio antes de dejarme en el pasillo mientras su silueta se perdía al entrar en la sala para comunicar a los padres de Nekane las ultimas noticias –
Realmente era lo mejor que por lo menos a mi me podía pasar, no verle.
Pero sabia que a Tom si vería, y tendría demasiado que explicarle, quizá mas que al propio Bill. Temía tanto nuestro primer encuentro y ver en sus ojos ese odio que me producía verdadero pánico…
Fui directa a la habitación de Nekane, aun sabiendo que no podía recibir visitas, pero probablemente seria mi ultima oportunidad de estar a solas con ella aunque ella no pudiera hablar.
Cuando vi como la enfermera que se mantenía con ella en el interior salió a por otra bolsa de suero, aproveche y me metí dentro.
Llena de cables por todos los lados y dormida como un ángel, postrada en la cama con su enorme barriguita rodeada de dos maquinas que mostraban todas las constantes de la niña, me apeno demasiado su estado para contener las lagrimas.
Me acerque despacio hasta ella y me senté sobre una esquina de la cama.
La acaricie su frente con cariño recorriendo su pelo negro en forma de cascada sobre los hombros.
Su cara reflejaba tranquilidad, sosiego, ni un ápice de dolor o molestia. Mi otra mano se poso en su tripita que se encontraba al descubierto. Apoye después mi oído y pude sentir a la niña en su interior. Hasta entonces no había captado el verdadero sentimiento que en todo aquello había envuelto.
El sentimiento de la vida. Esa cosita pequeña e indefensa que luchaba por salir, quería ocupar el sitio que le correspondía.
Volví mi vista de nuevo hacia Nekane para memorizar sus rasgos, por si acaso las amenazas de Georg se cumplían y no volviera a verla.
Ametz: Cariño… se que de algún modo puedes oírme, y quiero que sepas que a parte de que te quiero con todo mi alma, que estoy aquí, y que todo va a salir bien.. – la voz se me corto cuando mis lagrimas empezaron a hacerse intensas y mi respiración se agito impidiéndome mantener la voz –
Aferre su mano derecha entre las mías, mientras se la acariciaba
Ametz: Hemos hablado con el medico pequeña.. y dice que todo va genial, que.. – suspire saboreando el salado de mis lagrimas – en unas horas tendrás a tu pequeña entre brazos – mentí apenada – Todos estamos aquí, así que estate tranquila, vale? Yo estoy bien, Georg también, tus padres, tu hermano… todos. Estamos esperando a verle la carita a esa preciosidad amor..
Me acorde de que debía marcharme de allí sino quería tener un verdadero problema con el medico y por extensión con Georg, que seguro aprovecharía mi intromisión para gritarme mas de lo necesario.
Ametz: Me tengo que ir cariño.. pero estaré fuera con los demás, ok? Se que me oyes mi perri y que lo vas a conseguir, que ese pequeño monstruito tiene que venir a este mundo para dar tanto por culo como tu!! – le transmití una risa ahogada, pero que en sonido sonaba de lo mas creíble – Te quiero perrilla – concluí para sujetar su fría carita entre mis manos y darle un fuerte y lento beso en la frente –
Aposté mi cara junto a la suya, deleitándome en su tacto junto al mío. Imaginando que así le transmitía la poca energía que me quedaba.
Me levante despacio, y ya en el umbral de la puerta volví la vista para ver lo que al entrar no me había parecido tan desagradable. Su rostro era el verdadero reflejo de la muerte. Pálida, ojerosa, delgada.. sus pómulos encamarcados en su huesuda cara, de color cetrino.
Gire mi vista sacudiendo la cabeza desechando aquella imagen, pues solo me transmitía acontecimientos venideros realmente pésimos.
Asome la cara entre la pequeña rendija que había al abrir la puerta y al ver que el pasillo estaba vació me apresure a salir antes de que me descubrieran. Segundos después oí como la enfermera abría la puerta entrando dentro. Llegue a la sala de espera que nos habían habilitado, tan solo para nosotros y encontré a los padres de Nekane y su hermano, sentados, relajados comparados con minutos atrás.
Ametz: Y Georg?
Georg: Esperándote – salto a mis espaldas, haciendo que me volviera en un respingo –
Georg: Donde has estado?
Ametz: Ahora te preocupa?
Me miro frunciendo el ceño en un gesto de desagrado, y me gire para ver la cara de los demás presentes, que no comprendieron nuestro tono al hablarnos, por lo que pude detectar que la tensión y la poca simpatía que nos profesábamos, solo ambos éramos conocedores. así que me volví hacia el y le di un pequeño empujón con la cadera mientras me reía, intentando sonar graciosa. Georg pareció comprenderlo y me siguio el juego.
Me llevo fuera de nuevo, y me presiono tan solo con la mirada.
Georg: Donde has estado?
Ametz: Y a ti que te importa! – le solté fría –
Me mato con la mirada mientras se acercaba demasiado a mi.
Georg: Has ido a verla, no?
Ametz: Delante de los demás mantendré la compostura, tan solo por Nekane, pero fuera de esa sala no me tientes porque a malas no me conoces Georg.
Georg: Ah no? Tienes algo todavía peor? – me soltó sarcástico –
Me hizo tanto daño su comentario, aun estando preparada para algo así, que no pude evitar exteriorizarlo con una mueca de dolor en la cara.
Me volví cabizbaja, sin ganas ni de contestarle lo que me quemaba en la punta de la lengua, dispuesta a desparecer de su vista, cuando me agarro del brazo:
Georg: Ametz..
Me solté en un brusco gesto, sin ni siquiera mirarle. Pero había olvidado la fuerza que Georg podía llegar a tener. Me hizo volverme, y me miro con la mirada mas sincera que había visto en el.
Georg: Ufff – resoplo mirando al techo – Mira.. nunca seremos amigos, pero.. – le costaba tanto decir tanto aquello que mas pareciera que la vida le fuera en ello – se que estas aquí por la misma causa que yo, y..
Ametz: Estas siendo cruel y malo! Estas pagando tus nervios y mal estar conmigo! Y estoy mas jodida que tu, sabes? - le mire por primera vez – Si, si lo sabes! Me gustaría verte en mi situación! Y suéltame! No me toques!
Retrocedí de espaldas poco a poco, sintiéndome indefensa y realmente sola.
Georg: Escucha. Sabes lo que pienso, pero.. es cierto que estoy pagando contigo de algún modo toda la presión que tengo.. lo siento, no es mi intención ser cruel contigo..
Ametz: Jaaa! Después de todo lo que me has dicho, solo te disculpas por guardar las apariencias y porque sabes que aquí, después de ti, yo soy la que mas importa. Sino… me hubieras dado una patada en el culo para echarme! – le abronque seria –
Georg: Realmente piensas eso?
Ametz: Realmente piensas eso de mi?
Se quedo pensativo antes de contestar.
Georg: Bill es mi mejor amigo
Ametz: Y Nekane una de las mías!
Georg: Tu no sabes lo que Bill y todos hemos pasado!
Ametz: Ni tu lo que he pasado yo! No tienes ni idea!! No tenéis ni puta idea!!
Georg: No puedes comparar.. realmente nadie sabe lo.. duro que ha sido. Por mucho que Bill te hubiera dicho, que lo dudo, no es de esos, no te haces una idea, y tampoco te lo voy a aclarar la verdad.. pero si tu vieras lo que yo he visto, te tendrías verdadero asco!
Me quede como ciega cuando su ultima frase llego hasta mi, como un fogonazo de luz.
Ametz: No dudo, que habrá sido..duro, pero, os teníais unos a otros, yo.. lo he pasado sola!!
Georg: Decisión tuya
Ametz: Aquí nada ha sido decisión mía Georg – pensé con frialdad, dándome cuenta que nada de lo que el otro dijera nos haría cambiar de opinión ni ponernos en el lado contrario, así que concluí – en fin.. eso ya da igual.
Georg: Si el pasado, pasado es – me confirmo dándome la estocada final –
Ametz: Pero para haber tenido una vida tan difícil como has tenido eres cruel y dañino, lo sabes no? – le conteste –
Georg: Que poco me conoces…
Ametz: Lo mismo que tu a mi
Me sonrió simple. Torcí el gesto sin entender que quería decirme con aquello.
Georg: Y eso que un principio me pareciste.. no se… transparente
Ametz: Y lo sigo siendo, solo en ‘tu’ mente me he enturbiado
Georg: Ojala sea cierto, ya no por Bill, sino por ti
Ametz: Gracias por tu consejo, pero hasta dia de hoy con los míos me ha ido muy bien – le dije seria –
Georg: Si ya veo ya…
Ametz: Bueno ya esta. No tengo ganas de volver a empezar. Me voy fuera! Si hay alguna novedad que me avisen, y a poder ser que no seas tu, cuanto menos nos veamos mejor que mejor para todos. – concluí dándome la vuelta y saliendo al exterior –
El frío era helador, justo lo necesario para impactar contra mi cara y borrarme la conversación vivida hacia unos segundos. En realidad, era el mas insignificante de mis males.
Después de un tiempo mas que prudencial, Georg se asomo hasta donde estaba y me levante sobresaltada.
Ametz: sabéis algo mas?
Georg: No, venia a decirte que te marcharas a casa. Te hace falta descansar, lo veo en tu cara… y aquí ya poco puedes hacer.
Ametz: Pero si el medico nos dijo que había empezado a dilatar
Georg: Ya pero eso, tal y como vienen las cosas, será cuestión de horas, además mañana, descansada, serás mas útil.
Por primera vez coincidíamos, y vi que tenia razón, el cansancio me empezaba a imposibilitar pensar con claridad. Y el dia siguiente iba a requerir de todo mi ingenio.
Ametz: Ok… me iré a casa a descansar unas horas – le dije mirando mi reloj- y para las.. 6 estoy aquí de vuelta.
Georg: Si quieres te llamo para que no vengas en vano
Ametz: Gracias por tu repentina amabilidad majo – le solté sarcástica – pero estaré de vuelta en pocas horas, Ursula viene y quiero estar para cuando llegue.
Georg: Vale entonces.
Me gire sin despedirme y cogi uno de los pocos taxis que a esas horas había.
Llegue a casa medio adormilada y el olor de la ultima vez me invadió recordando a Bill en el umbral de la puerta y yo entre sus brazos. Ahora jamás le volvería a ver. La sensación de recuerdo me paso como un relámpago, queriendo desaparecer, pero cuando avance y vi mi salón tal y como lo había dejado la ultima vez se me materializo lleno de rosas negras y la silueta de Bill recostada en mi orejera, con sus piernas cruzadas esperando mi regreso.
Era tan real que hasta podía oír su respiración y ver su sonrisa al verme aparecer de nuevo. Me plantee si no me estaría volviendo loca o solo seria producto del cansancio. Baje la mirada para pestañear varias veces y al devolverla, Bill aun seguía allí, mirándome tranquilo, gracioso hacia mi reacción. Deje caer mi bolso y me senté de golpe en el suelo, llorando desconsolada.
Mi cabeza me pesaba demasiado para mantenerla erguida, la incline hacia delante mientras mi aullido llegaba a su final y podía inspirar de nuevo. El tacto frío de la madera en mi frente y las palmas de las manos junto a esta, en forma de penitente, me permitieron desahogarme de los últimos sucesos. Presión, angustia, desesperación, tristeza, malestar, procuración… todo en un conjunto perfectamente enviado hasta mi mediante Georg habían hecho que acabara de nuevo así.
Pero me alegro poder soltarlo todo de golpe y cuando mi ultimo suspiro se quebró me sentí demasiado cansada como para levantarme. Gire mi mirada, para observar que Bill aun se mantenía en mi salón protegiéndome de todo y volví a cerrar los ojos para dejarme caer en el intenso cansancio al que mi cuerpo había cedido.
Desperté cuando mi móvil dentro del bolso se revolvía ruidoso sobre la madera.
Lo cogi cuando comprendí que podía tratarse del hospital. Me lo lleve rápido hasta mi oído que aun descansaba sobre el suelo.
Ametz: Si??
Ursu: Neni! Soy yo! Donde estas?
Ametz: Que hora es?
Ursu: Las 8 de la mañana
Ametz: QUE??? – grite mientras me levantaba tan rápido que un mareo se apodero de mi cabeza –
Ursu: Que pasa?
Ametz: Las 8?? Joder me he dormido!! No puede ser!
Ursu: Donde estas?
Ametz: En mi casa! Mierda!! Joder! Joder! Por que no me han llamado?
Ursu: Tranqui, tranqui! A ver que pasa??
Ametz: Escucha! Vete directamente al hospital, a la UVI, allí pregunta por los familiares de Nekane si es que antes no te encuentras con alguno, yo en 20 minutos estoy allí, y por dios! Si hay alguna novedad llámame por favor!
Ursu: Claro, ok tranquila. Que sino te han llamado será porque no hay nada grave.
Ametz: Si, seguro con Gerog por allí.. cualquier cosa!
Ursu: Como?
Ametz: Nada.. venga te dejo que no llego
Ursu: Ok, hasta ahora.
Me duche tan rápido que hasta al mirarme al espejo se me había pasado el hinchazón tan evidente que tenían mis ojos.
Pero aun así, ni me pare a observarlo. Me vestí rápida. Vaqueros, camisa blanca, chaqueta gris, abrigo negro y tacones negros. Hasta que en una fracción de segundo me volví para girar la cabeza y descubrir que el precioso sueño que tan solo había durado unas pocas horas se había desvanecido. Aun así mi cabeza aun proyectaba la imagen de Bill al cerrar los ojos y hasta su olor me llego al inspirar hondo y apretar con fuerza el móvil que mantenía en las manos. Incline la cabeza hacia atrás hasta apoyarme en la pared, permitiéndome solo unos minutos de recuerdo antes de que la realidad volviera a su lugar y me desencajara de nuevo.
Aun con el pelo mojado, salí de casa sabiendo que un taxi me esperaba en la puerta.
Llegue media hora después de la conversación con Ursula y con respiración agitada por la corrida desde el taxi hasta allí.
Al llegar al pasillo que tan poco me apetecía volver a ver, las tripas me crujieron recordándome que en las ultimas horas no había ingerido nada y que lo que allí me iba a encontrar me las iban a revolver mas aun.
Supongo que lo menos esperaba al llegar al hospital, era encontrarme con el resto del grupo.Imaginaba aunque sin querer profundizar en ello, que tarde o temprano debería hablar con Tom de todo lo sucedido, y aunque al principio de todo, tan solo hacia unas horas, era lo que mas deseaba, saber su verdadera opinión salir de su boca, ahora solo quería asegurarme de que Nekane y la niña seguían bien.
En la puerta de la sala se encontraban Ursu, Georg y Jon hablando, demasiado bajo para tratarse de un tema que estaría al limite. así que con mis propias cabalas asentadas me relaje lo suficiente para aparecer de lo mas risueña.
Ursu: Nenita!! – me grito Úrsula abrazándome –
Ametz: Cariño! Dios que bien verte aquí! – le susurre algo mas bajo para que el resto no lo oyera –Los besos y abrazos se sucedieron, tal y como habían sido en el dia anterior; pero ni una pizca mas de alegría o esperanza en ellos que me hiciera saber que todo iba bien.
Cuando la ronda termino, salí fuera para meterme en la conversación que estaban teniendo.
Ursu: Entonces todo va bien, no?
Georg: De momento si.. pero no nos han esclarecido lo suficiente como para sacarnos del todo de dudas
El rostro de Georg, era la viva imagen del cansancio y la tristeza. Debía llevar mas de 36 horas sin dormir y aun así, se percibía que todo el peso de la situación lo llevaba el a sus espaldas. Todos le miraban cuando había que tomar una decisión o hablar con alguno de los médicos. El era el centro de operaciones, y el peso de todo aquello le iba mermando con el paso de los segundos.
El agotamiento se veía en cada uno de los allí presentes, pero en el, de forma mas rotunda y palpable. Se notaba que la presión le iba minando mas y mas, y cuando Ursu y Jon se acercaron de nuevo a la sala aproveche para agarrarle por detrás y con la mirada mas pura y limpia que pude le pregunte:
Ametz: Georg..como estas?
Georg: Pues lo mismo que le he dicho a Ursu.. hay que esperar porque no saben nada en concreto..
Ametz: No, no. Me refiero a ti chiqui..
Se sorprendió de mi pregunta, como si nadie hasta entonces se la hubiera formulado.
Georg: Yo?? Pues…
Parecía no saber ni el mismo la respuesta, así que le ayude:
Ametz: Mira.. a pesar de todo, tenemos un objetivo común, y me duele verte así de… mal. Porque no te vas al hotel y descansas unas horas.. si esto, tal y como has dicho va para largo… el cansancio que llevas acumulado no puede ser bueno..
Georg: He dormido algo en la habitación de aquí, es suficiente – me contesto serio pero cortes –
Una vez mas haciéndonos esperar, los médicos nos aconsejaron mantener la calma y esperar. Para mi lo que parecían haber sido como 2 meses de tortura solo habían sido unas cuantas horas, y ahora sentía en el fondo de todo como si el final de una etapa se estaría cumpliendo dando paso una nueva en la que los pilares mas importantes de ella se desvanecían con el paso de los minutos.
Vislumbrar la silueta de Tom y que el corazón no te diera un vuelco era algo para lo que no estaba preparada y creo que poco dispuesta.
Sus rubias rastas, ahora mas largas, caían sobre su camiseta gris a juego de la gorra. Sus siempre pantalones XXL, y aunque de espaldas era imposible adivinar su rostro, solo me hizo falta estar en la misma habitación que el para imaginar su cara picara mirándome.
Gus y el, se mantenían en la sala contigua a la de los familiares, en silencio y solos. Imagino que el apoyo que le podían dar a Georg en esos momentos tan solo con su presencia era lo suficiente para que el podría sacar una fría sonrisa con la que demostrar que a pesar de todo, seguía a la cabeza.
Gus de cara a la puerta, fue el primero que me vio y su sonrisa se ilumino al instante; una luz que me hizo sentir un verdadero calor. Alguien del entorno de Bill que no torcía el gesto o me manifestaba su absoluto rechazo, al verme. Tom se giro seguido para paralizarse con mi presencia.
No me dio tiempo a digerir ni adivinar su gesto pues para cuando quise hacerlo ya estaba abrazando a Gus.
Gus: Preciosa cuanto tiempo! – me dijo con voz triste, mientras me estrechaba entre sus brazos –Me separe despacio para mirarle apenada a los ojos. Aquel azul transparente que Gus mantenía en su mirada, donde siempre podías encontrar la verdad de su alma. Como dos ventanas abiertas al mundo podías descubrir lo que realmente querías saber. Estaba triste, apenado, nervioso, y muy poco optimista. Encontré en el, los mismo sentimientos que en mi no quería reconocer pero que sabia en el fondo, sucederían.
Sin terminar de querer saber que era lo que Gus sin hablar me tenia que decir, desvié mi mirada hasta Tom y al reconocer aquella misma mirada, nariz, cara, tan solo enmarcada por unos atributos tan diferentes, se me paralizo el corazón.
Su misma expresión pensativa y preocupada, su misma posición desafiante, sus ojos de color de la avellana esperando a encontrarse con los míos. Nunca había visto tanto parecido entre aquellos dos gemelos como hasta entonces, pero la sacudida de sentimientos que me inundó al descubrirlo me gusto tan poco como el frío abrazo que me regalo.
T: Hola Ametz – me dijo su voz dura como el acero –
Su cercanía me hizo congelarme las ideas y dejar la mente en blanco, tan solo disfrutando de ese olor tan característico de el. Mezcla de dulces sabores, canela y madera, me atrevería a decir.
Al separarme y girarme para no dejar fuera del circulo a Gus, me di cuenta de que ya no estaba con nosotros.
Subí mi mirada de nuevo hasta Tom, que me escrutaba silencioso y averigüe que la pregunta que había formulado se había quedado conmigo igual que las pocas ganas que ahora tenia para enfrentarme a uno de mis mayores miedos.
T: Que tal todo? – me pregunto impasible –
Ametz: Pues ya ves.. todo ha ido de mal en peor…
De aquel momento había imaginado multitud de situaciones, pero ninguna como aquella. No mostró sus nervios, si es que realmente los padecía, solo una fría y cortante mirada que me hacia saber que nada bueno podía salir de el.
Ametz: Como es que.. bueno, habéis podido venir?
T: Por mi mejor amigo lo que haga falta.
Ametz: Bueno, si eso me suena
T: Si porque desde.. donde se supone que has venido? – me pregunto sarcástico –
A aquellas alturas cuando ya ni sabia donde vivía, supuse que ya daba igual todo, incluso mi paradero.
Ametz: Italia – admití seca –
T: Pues eso, desde Italia tampoco te pillaba tan cerca
Ametz: Por una amiga lo que haga falta.
desvié la mirada al suelo, imposible de mantener sus ojos clavados en mi, sintiendo como los suyos seguían inspeccionándome intentando amedrentarme.
Entonces me fije en sus zapatillas y volví a recordar ese look tan perfectamente detallado como era el que Tom lucia. Siempre había parecido que Bill era el perfeccionista y nunca dejaba un cabo suelto en su aspecto, pero en realidad al ver a Tom con ese compuesto de colores siempre tan bien combinados te dabas cuenta que hasta en eso coincidían.
Sus pantalones vaqueros 5 tallas mas grandes, camiseta y braga azul marino, sudadera blanca con maxi letras azules, y gorra y zapatillas del mismo color.
Su perfecta cara y perfil, quedaba exactamente acabado para hacerte perder cualquier atisbo de cordura que en esos momentos podría quedarte.
Pero en un arranque de valentía o quiza de poca cabeza me atreví a preguntar:
Ametz: y Bill?
T: No ha venido
Ametz: Eso lo se porque no le veo, pero quiero decir.. – me sonroje al mirarle de nuevo – que tal esta?
T: Bien – me acepto serio –
No podía reconocer ni un poco de ese sentimiento que le recorría por dentro en su voz. Impasible y fría como desde el principio.
Ametz: No se… quiza podrías decirle que.. le mando un abrazo muy fuerte – solté arrepintiéndome en ese mismo momento –
Como se rompía el hielo en esa situación? Hablando con el hermano gemelo de un tío estrella de rock, con el cual también te habías liado?
T: No creo, no creo que quiera saber de ti – me soltó duro, tanto que fue como si cada palabra me golpease una a una en la cara –
Ya no era Georg quien me hacia sentir así, sino su propio hermano, del cual no había ningún tipo de duda al respecto.
Ametz: Tom yo… - me corto antes de continuar –
T: Yo no necesito explicaciones Ametz, pero tampoco me las pidas.
Tom era de esas personas que nunca sabes por donde te pueden salir pero que en todo momento controlan la situación. Cuando Tom decía algo, era sentenciador. Siempre estaba de buen humor y de cachondeo, pero sin ningún lugar a dudas, cuando se trataba de temas serios, era al que mas temían. Sabían que Tom era una persona decidida y madura para muchas cosas, quizá mucho mas que cualquier componente del grupo, y que cuando tomaba una decisión, no miraba para atrás ni siquiera para coger impulso.
Parecía saber perfectamente cual seria mi siguiente pregunta.
Ametz: Necesito saber que piensas – le dije sincera devolviéndole la mirada -
T: Yo?? – se sorprendió –
Le admití tan solo con el gesto de la cabeza, tímida y apocada.
T: Acaso importa?
Ametz: A mi si
T: Creo que ya lo sabes, en el fondo sabes lo que pienso.
Ametz: No se sobre que, la verdad.
T: Solo esto podía haber acabado bien de una de las maneras
Le mire intentando adivinar, sin opción a hablar.
T: Lo que desde un principio comenzó.
Ametz: En un principio?
T: Lo que tu y yo tuvimos. Todo tenia que haber sido así, no avanzar mas de lo necesario.
Ametz: Me estas diciendo que Bill se arrepiente de todo?
T: Quien esta hablando de Bill??
Ametz: Yo
T: Nunca terminaras de entenderlo Ametz – contesto riéndose entre dientes –
Ametz: Explícamelo tu.
T: Todo es mas sencillo que eso.
Ametz: Pues yo no lo entiendo.
T: Porque has mezclado tus sentimientos y has permitido que eso lo estropee todo. – me corto con una expresión nerviosa -
Arrugue la frente en gesto interrogante
Ametz: No te sigo Tom
T: Nunca lo has hecho
Resople pidiendo en silencio que no me complicara mas de lo que ya estaba la situación.
Se acerco sin que me diera tiempo a reaccionar y cogiendome de los brazos me taladro con la mirada.
T: Siento el daño que te han hecho y con ello a Bill. Ninguno lo merecía, pero el sabia que esto pasaría.
Me atreví de algún modo a ello y le pregunte:
Ametz: Tu también piensas que soy una mala puta?
T: Por que me preguntas eso?
Ametz: Porque es lo que todo el mundo piensa de mi!
T: Que nunca te importe lo que el resto diga de ti Ametz, sino te veras el resto de tu vida en agujero como este.
Ametz: Quiero saberlo.
T: Lo que yo piense, opine o diga, junto con el resto del mundo, no tiene que importarte, de haber sido así, ahora no estarías como estas.
Ametz: Y como estoy? – le pregunte sorprendida –
Me respondió tan solo con analizarme una vez mas con las mirada.
Ametz: Ya se que mi aspecto de hoy no es demasiado bueno, pero no me refiero a eso
Ahora parece que la cercanía que nos unía ya no me intimidaba sino que me daba un grado de confianza con el, que de otro modo no hubiera conseguido. Le miraba con ojos amistosos y honestos, cosa que jamás pensé podría conseguir con el.
T: No me refiero a eso
Ametz: Siempre has sido claro Tom, o por lo menos de eso presumes, de ser sincero guste a quien guste. Dime lo que piensas! No me va a hacer mas daño del que ya me han hecho
T: Te lo has buscado – me contesto sin un segundo de diferencia –
Ametz: Como?
T: Realmente pensabas que de algún modo iba a salir bien? – me pregunto alzando las manos en el aire, como si aquello le doliera tanto como a mi –
Ametz: Pues.. pues… no, no se, es que… - me atasque intentando explicar algo que ni si quiera sabia lo que era –
T: Puedo comprender que esto te superara por los 4 costados, pero no como lo dejasteis llegar tan lejos!
Ametz: Yo era feliz!
T: Viviste una mentira Ametz! – me contesto casi en un grito dolido -
Su respuesta hizo que mi cara de angustia desapareciera dejando paso a una neutra y sin expresión. Como tomarme aquello?
Ametz: Mentira? Lo que yo he vivido este ultimo año no ha sido para nada una mentira! Por lo menos no por mi parte!
Tom se rió girando su cabeza, fijando la mirada en el suelo, con sus pensamientos debatiendo por salir.
Ametz: No te rías! No tiene gracia!
T: Ese es el problema nena! Que no tiene gracia! Que no tiene gracia!
Le miraba sorprendida porque desde el principio de la conversación todavía no había sacado nada en claro.
T: Todo tenia que haber sido como al principio, unas fiestas, cubatas, unas cuantas noches y listo. Los sentimientos jamás hay que mezclarlos con el placer de una noche. Una lección que espero que Bill haya comprendido de una vez por todas, y por extensión tu!
Ametz: Pero es que… lo.. nuestro – me costo decir – no fue una noche
T: Ahí esta! Por que no lo dejaste pasar?
Ametz: Porque? Porque no pude!
T: Pues seguro que si te vuelve a pasar algo parecido ahora podrás – remato -
Ametz: Como puedes ser tan…
T: Egoísta? – me completo –
Ametz: Pues si!
Ahora se acercaba despacio con un semblante tierno y cariñoso, como cuando un padre te va a abrazar. Pero antes de hacerlo pensó dos veces y se quedo apostado frente a mi observándome.
T: Ametz, alguna vez te he engañado?
Ametz: No…
T: No crees que las cosas cuanto antes y mas claras mejor?
Ametz: Si…
T: Pues eso te estoy diciendo. Os creasteis unos sueños en el aire que de ninguna de las maneras podían haberse llegado a cumplir. Vivisteis una mentira
Ametz: Yo prefiero llamarlo sueño..
T: Yo diría pesadilla
Le conteste con el vivo dolor en la mirada, empezando a asomar las primeras lagrimas.
T: Siento ser tan duro Ametz, pero si esto lo hubieras escuchado desde un principio esto no te habría pasado…
Ametz: Y Bill??
Suspiro tan fuerte que pude sentir sus pulmones a rebosar. Cuando su aire salio despacio y pestañeo un par de veces me confeso:
T: Ametz… Bill no quiere saber nada, solo olvidar.
Sabia que seria así, pero una vez mas, la verdad que ya conocía me golpeo en el pecho como si de una sorpresa se tratase.
Ametz: Esta.. bien?
T: Peor de lo que debería, mejor de lo esperado.
La primera lagrima asomo por mi mejilla, rodando rápida hasta morir en mis labios.
Ametz: Jamas os… volvere a ver? – pregunte hundida –
Ahora con Tom de alguna de las maneras me atrevía a mostrarme tal y como había sentido todo, sin tener que enmascarar mis sentimientos para parecer algo que ni yo misma me creía y mucho menos Bill, cuando yo lo ponía en practica.Supongo que por mucho que quieras camuflar o disfrazar algo tan fuerte como aquello, al final todo termina saliendo, y no puedes fingir eternamente que la indiferencia es lo que me había quedado a pesar de todo.
T: Es lo mejor para todos
Ametz: Pero.. – no sabia como expresar lo que sentía o como hacer que me explicara aquello -
Ametz: Y Nekane y Georg? – le cuestione separándome algo mas de el -
T: Bill no es Georg
Ametz: Ya lo se, pero ellos podrán llevarlo.
T: Te vuelvo a repetir que Bill no es Georg. El peso que Bill lleva, no lo soporta nadie mas que el, no es comparable Ametz.
Ametz: Lo se..
T: Además tu querido ex se ha encargado que si en el fondo mas remoto de todo podría haber una posibilidad quedase bien enterrada.
Mis ojos se ensangrentaron de rabia al escucharlo de nuevo.
Ametz: Lo se! No me lo repitas!
T: Si así te lo tomarías todo te lo remitiría hasta que sintieses eso por todos nosotros!
Le mire incrédula y conteste confundida:
Ametz: Por que iba a sentir ira por ti?
T: Por nada especial y por todo en general. Cuando no puedes luchar contra algo que es mas fuerte que tu, ignóralo u ódialo! En tu caso la 1º opción es imposible, pues intenta odiarlo! Ódiale! A el, a todos nosotros y al maldito dia en que nos conociste! Es lo único que te va a ayudar a salir de esto.
Ametz: No quiero que sea así!!
T: Ametz ya no es lo que tu quieres! no lo entiendes? Lo que querías jamás sucederá! y el intentar superarlo con un final feliz tampoco!
Sus palabras rígidas y hasta crueles me dolían mas y mas, siendo imposible el mantener una conversación racional, por lo menos para mi.
Ametz: Estas siendo muy duro Tom…
T: Lo se niña..
Ametz: Noooo!! – le grite empujándole con duro impulso –
Las fuerzas que pensé no tenia en ningún hueco de mi cuerpo se materializaron tan rápido como un estimulo, dejando a Tom sin habla.El espacio que ahora nos separaba me hizo respirar mas profundo y rápido, retumbando en mis oídos aquella palabra, y visualizando en un espejismo la cara de Bill en Tom.
El parecido que ahora les unía era imposible de no percibirlo. Veía los mismos ojos, la misma boca, su nariz, sus ojos asustados y sus mismos pensamientos corriendo entre los dos.
Me gire intentando borrar su imagen andando un par de paso por la sala.
T: Ametz?
Ametz: Lo siento.. no me llames así, por favor.
T: Lo siento, me tenia que haber dado cuenta..
Y aun sin mirarle pude ver la mueca de desagrado que su cara reflejo a mi reacción.
T: Mira Ametz – empezó acercándose por mi espalda de nuevo – se lo que te preocupa y aunque solo sea en eso intentare aliviarte de algún modo, porque creo que no te mereces la caza de brujas que han hecho contigo, aunque tengas parte de culpa.
Ametz: Culpa yo? Si? De que? - le pregunte girándome agresiva – De que me vendieran por medio mundo como una puta aprovechada?? Si? De eso??
T: Tranquila, y déjame hablar! – me ordeno –
T: Ni Gus, Bill, o yo pensamos así, cosa que ya sabias, imagino – comenzó – Bill esta.. bien, dentro de lo que cabe. Si te ha querido, que es lo que tu mas deseas oír, y es así, no te lo negare, pero… olvídate de ello. Bill no volverá y es lo mejor, hazme caso. Recuerdazo si quieres como tu has dicho antes.. un bonito sueño pero nada mas; y como consejo particular, no intentes buscarle ni siquiera como amigo, porque se que estaría para cualquier cosa que necesites, pero solo serviría para una 2º parte mas catastrófica que la 1º, que sin ningún lugar a dudas el podría superar, pero tu no Ametz.
pensé por un momento dejando mi historia apartada, que papel es el que estaba jugando Tom y por que? Su voz era limpia y sus intenciones también, o eso me parecía, pero nunca hubiera imaginado que haría eso, por lo menos por mi. Imaginaba que con su hermano había tenido una terapia de lo mas larga y exhaustiva posible y me preguntaba si no lo estaría haciendo porque Bill así se lo había pedido.
Mandar a Tom a hacer algo que el ya no podía y así dejar y terminar con todo de una vez por todas.
volví a repasar sus ultimas palabras perdiendo unos segundos en ello y cuando su mirada me pregunto por mi respuesta, le dije:
Ametz: Entonces porque me dijiste la ultima vez que nos vimos que contigo también hubiera sido feliz? – salte rápida –
T: Y lo sigo pensando! Nunca hubieras sufrido de este modo conmigo porque nunca te hubiera dado unas alas tan grandes para volar
Mis ojos no se desviaban de el, sabiendo la certeza de sus palabras.
T: Además en aquel entonces hasta veía una pequeña posibilidad de que todo podía haber funcionado la verdad…
Ametz: Eso ya da igual!
T: Tu me has preguntado!
Baje mi mirada intentando asimilar una vez mas lo que todos parecían saber y yo no quería reconocer.
Ametz: Y Nekane? Si ella va con vosotros, es mi amiga, y la niña será como mi sobrina! A mi porque este Bill, tu, o la madre del cordero bendito no voy a dejar de ir a verla!
Sabia en el fondo que la actitud de niña pequeña enrabietada que había tomado no era característica mía ni beneficiosa en ninguno de los casos, pero aun sin quererlo era como agarrarse a un clavo ardiendo.
T: Así no Ametz… - negaba con la cabeza – así no.. Lo ves? Sigues pensando en cualquier oportunidad para verle! Que no! Así no se acabara nunca! – me insistió casi gritando – Entonces si tanto quieres verle porque no te quedaste con el hace unos días?? Esa era vuestra despedida! Por que te fuiste?
Ametz: Te lo ha contado?
T: Mira Ametz, de Bill lo se todo! todo! Unas cosas porque me las cuenta y otras que no hace falta, pero le conozco tan bien como a mi mismo y las adivino.
T: Y ahora contesta. Eso no estuvo para nada bien
Ametz: Era el final! Como tu dices, cuanto antes mejor no? – le grite llorando, la angustia me gano a la cordura – para que alargar mas la agonía?
T: Entonces no busques ni pienses mas sobre el, o como poder volver a verle! Se acabo Ametz! Se acabo!
Ametz: Cállate!
Me gire dispuesta a salir de allí, con el mismísimo corazón en las manos, imposible de aguantar ni un segundo mas aquella tortura.
Pero Tom me sujeto por el brazo derecho antes de que lo hiciera.
T: Ametz, lo siento de verdad..
Ametz: Y una mierda! De algún modo, no se si piensas como los demás o no, pero tu sermón sincero solo te esta sirviendo para cobrarte el sufrimiento de tu hermano!
Me giró hacia el y me miro apenado:
T: Siento en el alma que pienses eso de mi, porque mi intención esta muy alejada de tu afirmación.
Ametz: yo no lo creo! – le espete dolida –
T: La verdad duele, y cuando el tiempo pase veras que tenia razón
Ametz: Cuando el tiempo pase, no podrás disfrutar de tu minuto de gloria cuando tenga que dártela porque jamás te volveré a ver! – le grite intentando salir rápida y avergonzada de la sala –
Pero antes de eso, Tom ya me sujetaba entre sus brazos.
En mi interior la sangre empezaba a calentarse hasta sentir como hervía por un circuito cerrado quemándome a su paso. Gritaba desesperada que jamás se cumpliriria mi pronostico, viendo como el final de absolutamente todo se aceleraba sin descanso.
T: Ametz, seré duro, o egoísta si así me quieres llamar pero escúchame bien. En el fondo, nosotros somos lo peor que te ha podido pasar en tu vida, aunque ahora no lo quieras ver. Bill jamás volverá, porque no puede ser.. y debes entenderlo porque esa es la única verdad de todo. En realidad ni si quiera hemos llegado a ser verdaderos amigos, porque un amigo esta ahí cuando lo necesitas, y en nuestro caso eso jamás se cumpliría. Provenimos del mismo mundo que tu, pero ahora pertenecemos a uno muy distinto, del que tu jamás podrás formar parte y Bill, nunca podrá volver al tuyo.. – me sujeto tierno ahora sin resistencia entre sus brazos, dándome el cariño que sus palabras me quitaban – Siento si soy el primero en relatarte la verdad tan de repente y en un momento tan malo pero… cuanto antes lo veas mejor.
Acomode sin vida mi cabeza entre su pecho mientras me refugiaba en sus brazos y me sentí aun peor, si eso podía llegar a ser, por desear y querer que Tom se quedara conmigo. Era lo mas cercano y parecido que tenia de Bill y ahora me sostenía junto a su cuerpo.
Incluso creo que hubiera sido capaz de decirle que le quería, que no me dejase, que se quedara así conmigo el resto de su vida, pero las lagrimas me cortaron la voz en un asalto, agradeciendo a la conciencia en el fondo que interviniera por mi.
Notaba como sus uñas presionaban mi espalda mientras apoyaba su cabeza sobre la mía, y algunas rastas caían sobre mi junto con mi pelo. Hundí mas mi cara en su pecho ayudándome de la fuerza que mis manos hacían tras el, como queriéndome fundir con su cuerpo. Era lo ultimo y único que me quedaba de todo su mundo, y no quería perderle en aquel momento.
Según mi respiración se hacia mas intermitente recordé todo lo vivido con Tom. Desde el primer dia hasta al ultimo, y aunque no me arrepentí de la decisión que tome en un principio si me pregunte por primera vez como hubiera sido todo con el.
Ahora el único vinculo que me quedaba con Bill estaba entre mis brazos, sujetándome, como si de mi vida se tratase, y consolando lo que ni con su sola presencia podía.
T: Shhh.. tranquila… llora preciosa, llora… desahógate – me susurro tras besarme en la frente –
Entonces solté un fuerte suspiro interminable, pensando que sino recuperaba el aliento caería inconsciente.
Apretaba tan fuerte los dientes como mis uñas se empezaban a hincar en su cuello, transmitiendo de algún modo el odio reprimido.
T: Pégame si eso te hace soltar lo que no te deja avanzar pequeña..
Me sorprendieron sus palabras, pero mas, que su pecho se empezara a revolver bajo mi cara dejándome adivinar que de algún modo aquello le empezaba a afectar de una manera mas que amistosa.
Entre sollozos quise decirle:
Ametz: Tom…
T: Si?
Ametz: jamás le cuentes esto a Bill, por favor
T: No pensaba, estate tranquila
Y me acurruco de nuevo entre sus hombros con su gran mano junto a mi cara.
Solté una de las mías de entre su camiseta y la entrelace junto a la suya. Me la cogió como esperándolo, sabiendo que lo haría, sabiendo que al final acabaría a sus pies, tal y como un dia me predijo:
“T: Se que al final, volverás a mi Ametz, lo se.”

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