jueves, 13 de mayo de 2010

Capítulo 41

Cap.41
Entonces dejo de besarme, poniendo sus labios en un hueco de mi garganta y separándose un poco, me levanto haciéndome sentar sobre el, en la cama. Me rodeo con sus manos la cintura y tirando suavemente de la camiseta, se deshizo de ella.
Me empujo de nuevo hacia atrás haciendo que cayera de espaldas de nuevo, y cuando estaba a punto de ponerse encima, le pare abriendo mi mano en su pecho e impidiéndole la bajada.
Apoye mi codo derecho en la cama para hacer presión mientas mi mano izquierda detenía a Billl. Me volví a sentar y el conmigo. Le mordí el labio inferior con un dulce beso mientras mis manos le quitaban la camiseta negra que vestía.
Entonces me golpeo mi mano derecha con la cual yo me sujetaba en la cama, lo que me hizo caer de repente boca arriba.
Una media sonrisa totalmente lujuriosa junto a una mirada felina me hicieron saber que Bill no era el niño bueno que aparentaba ser.
Se lanzo sobre mi, sintiendo todo su cuerpo haciendo presión sobre el mío, lo que hizo me estremeciera al sentirle tan implacable, como una invitación consciente que me daba libertad para todo.
Bill llevaba la seducción con lentitud, como si nunca quisiera terminar, medio torturándonos a ambos, con una conciencia segura y completa.
Se irguió para ir bajando por mi abdomen con suaves besos y terminando en los pies para quitarme el pequeño short que tenia.
Subió de nuevo para repetir la operación con el sujetador, y yo aprovechando la distancia que nos separaba, le baje levemente su pantalón y bóxer, dejando por completo a la vista su divina estrella.
La mire con deseo y el se percato, sonriéndome gracioso.
Yo: No hagas eso… - le susurre -
Se sujetaba con sus brazos apoyados en la cama, mientras me miraba algo sorprendido sin entender muy bien lo que le quería decir.
Yo: No te rías así…me matas!!
Se rió inclinando su cabeza hacia atrás para devolverme de nuevo esa sonrisa, pero esta vez acompañada de una mirada obscena, imposible de evitar.
Una vibrante corriente eléctrica me recorrió de nuevo al sentirle así, que inyecto un sofocante calor derretido en cada centímetro de mi cuerpo.
Mantuvo sus ojos en mi, pero sus manos comenzaron de nuevo la exploración, con los dedos abiertos para abarcar cada uno de mis muslos y lo que entre ellos había para deslizarlos mas tarde por el abdomen.
Siguió sus manos con la vista, viendo como me estremecía a su contacto, como me retorcía sin poder dominarme.
El roce entre ambos era enloquecedor, y a Bill le encantaba el efecto que le producía el sencillo acto de mirarme, de poseerme con la mirada…
Intente nombrarle pero en vez de eso, emití un sonido entrecortado al sentir sus dedos entre mis muslos. Me quito suavemente las braguitas, embelesado con la imagen que ahora observaba.
Mis manos le presionaban con fuerza hasta que llegado un momento clave mis uñas en el, haciendo que palpitara de placer.
Saboreo cada milímetro de mi, haciéndome perder cualquier atisbo de cordura que me quedaba, y apostándose justo en frente de mi con los ojos encendidos y besándome tiernamente, me hizo entender el siguiente paso.
sentí el calor que iba entrando en mi, y el dulce y ahogado gemido entrecortado de Bill mientras me atravesaba con su mirada.
Arquee totalmente mi espalda hacia el, recibiéndole mas plenamente si cabía. Me lleno de un calor abrasador que rompía y absorbía todo, cegándome con una luz brillante haciendo que nuestro cuerpo y alma, estallasen ante el choque de la absoluta sensación.
Era salvaje y exigente, y aun así, tierno y extremadamente dulce.
Tenia sus dedos debajo de mi cabeza, acunándome mientras volvía a mis labios y descubría todos los secretos de mi boca, un dulce placer.
Me vi totalmente arrastrada a su ritmo, gimiendo junto a el, y llego un momento en que no existía nada mas, aferrada a el como si fuera mi única razón de existencia.
Nunca había creído posible que llegase a perder la sensatez, pero repentinamente, me sentí totalmente insensata. Entre una arrolladora nube de sensaciones. Podía sentir y gozar de una forma tan aguda como nunca había experimentado. Sentía como si hubiera sobrepasado las dimensiones conocidas.
Nuestras acciones ya no tenían control, había respuestas instantáneas, primero suaves y luego salvajes, ensordecedoras.
Ver su cara de placer, y saber que era provocado por mi, era la sensación mas completa que jamás había sentido.
Le incline devolviéndole a la cama y rodeándole con mis piernas le observe agitada. Su fino cuerpo, largos brazos que ahora se extendían sobre mi cuello, y esa mirada que era imposible mantener.
Me lance a su boca jugueteando con su piercing y saboreando el dulce dolor que producía el morder aquellos carnosos labios.
Bill clavaba sus finos dedos en mi, arañando suavemente mi espalda, para ir bajándolos y sujetarme firmemente por las nalgas, mientras nuestras miradas se cruzaban. El compás era marcado por las rítmicas respiraciones que ambos manteníamos unidas, y gracias a la firmeza y seguridad de sus manos.
Me empujo audaz hacia atrás para verme mejor y sonriendo humedeciéndose el labio inferior, me tiro de nuevo en la cama.
Se acerco muy lentamente hasta mi lóbulo derecho, oyéndole perfectamente su agitada respiración y después de haberme llevado a la locura con esa acción, paro en seco, y me susurro:
B: Te deseaba hace tanto….
Me revolví nerviosa para decirle con asombro:
Yo: Bill has hablado!! Te he oído!!
B: Sssshhhhh – me musito –
B: Sienteme…
Y en aquel momento y gracias a esa mágica palabra y su eterna embestida, terminamos con una explosión de dulce descarga que hizo erupción, culminando de forma tan deslumbrante como un rayo.
Bill apretó los ojos profundamente para abrirlos seguido, en un estallido, dilatando sus pupilas al máximo.
Yo clave, mas aun, mis uñas en el, haciendo que su cuerpo se fundiera interminablemente con el mío, presionando de una manera salvaje.
Bill siguió temblando un buen rato, sobre mi, volviendo como de un sueño muy lentamente al mundo. Su cabeza acostada en la almohada junto a mi, y sus brazos rodeándome.
Pasaban los minutos y seguíamos abrazados, mirándonos como si nunca nos hubiéramos visto antes. Intentando asimilar el torbellino de sensaciones que acabábamos de vivir.
Percibí débilmente que la luz q entraba por la gigantesca ventana había cambiado de un añil terciopelo a un azul brillante.
Todavía aturdida, cerré los ojos y me acurruque contra el. Me recorrió un absurdo rubor al pensar de nuevo en todo lo sucedido, y en la forma tan vehemente en que me había entregado a el sin ninguna inhibición.
Me sentía tan absolutamente bien pensando en lo que había ocurrido…todo lo que quería era dormir en los brazos de aquel chico que me había poseído, aquel que tanto había deseado durante todo ese tiempo, y solo deseaba, que al despertar siguiera allí junto a mi, y volver a repetir la maravillosa sensación de sentirle tan dentro.
Cuando abr los ojos de nuevo, era completamente de dia. Lo primero que note fue el brazo de Bill sobre mi tripa y una pierna suya entre las mías, al azar.
Me gire para observarle una vez mas y descubrir que realmente había pasado todo lo que horas antes parecía un sueño.
Mechones oscuros tapaban parcialmente su cara, haciéndole mas intrigante si podía.
Notaba cada rincón de su cuerpo desnudo junto al mío, y en un momento de chiquillada, se me ocurrió levantar suavemente la sabana para descubrir lo que todavía no era capaz de creer. Le mire de arriba abajo, con deseo, comprobando la perfección de su ser.
Me reía traviesa mientras le observaba una y otra vez.
Tenia mi cabeza escondida bajo las sabanas intentando memorizar cada milímetro de su piel.
empezó a escasear el oxigeno así que me destape pausadamente hasta llegar a mi posición original para emitir un grito sobresaltado al darme cuenta que Bill estaba tan despierto como yo.
Era peor que cualquier otro momento que hubiera vivido con el!! Me había pillado mirándole desnudo y debajo de las sabanas!! Señor me quiero morir!!
Se reía pillo, creciéndose mas, según el color de mi cara aumentaba.
solté la sabana en un acto reflejo para taparme la cara con ambas manos, mientras me intentaba girar para darle la espalda, pero me detuvo sosteniéndome entre sus brazos.
Yo: Ahhhh no!! déjame!! Diosss que vergüenzaaaa!! – le gritaba riéndome – no no, no me vuelvas a mirar!!
Oía la ahogada risa de Bill entrecortada sin poder respirar. Se estaba muriendo de la risa.
Me acerco mas a el, con un delicado movimiento y forzándome, hizo q me quitara las manos de la cara para mirarle a el.
B: Me gusta que me mires si a ti te gusta – dijo murmurando –
Yo: Bill ya puedes hablar!!
B: Eso parece…
Yo: Casi no te oigo, pero esa es tu voz!! Siiiii no te ha cambiado!!
Le decía mientras le estrujaba el pescuezo como un ganso.
B: Jajajaja, de momento no.. pero como me sigas apretando así el gaznate igual si que lo hace….
Yo: Jajajaja. Calla pendón!!
Me separo de el y me miro serio.
Yo: No hagas eso!!
B: El que??
Yo: Ya sabes el que! – le dije agachando la cabeza –
Esa mirada que solo el sabia poner cuando quería hacerte derretir, era imposible de mantener!!
B: Lo que pasa es que tu quieres volver a mirar debajo de las sabanas, eh??
Me gire de repente dándole la espalda y metiendo mi cabeza debajo de la almohada. Me estaba literalmente muriendo de la vergüenza. Como se había parecido en aquel momento a Tom!
B: Eyyy q no es para tanto! Jajajaja
Yo: No me hables, no me mires! Quiero desintegrarme!!
B: Jajaja
Se hizo un pequeño silencio que Bill rompió acercándose por detrás para tirar suavemente de mi, y que la curva de mi espalda se encajara en su pecho.
B: Si sales de ahí abajo y te das la vuelta, te cuento una cosa que te va a hacer sentir mucho mejor!
Yo: Bill no se que has dicho no te oigo…
B: No puedo hablar mas alto – susurraba con fuerza -
Yo: Que???
Como no oía nada imagine que es que no podía levantar mas la voz, así que salí de la cueva imaginaria que me había construido.
Me destape la cara y le sentí justo detrás mío.
B: Te decía que si te dabas la vuelta te contaba una cosa que te iba hacer sentir mucho mejor! – me musito -
Yo: Si? el que?? – le dije girándome –
B: Ahora el que se va a enrojecer voy a ser yo.. pero bueno me parece justo jejeje.
Yo: Venga dispara!!
B: Yo he hecho lo mismo contigo… lo que pasa que no me has pillado!! jajaja
Yo: Serás… - le abronque mientras le pegaba con la mano –
B: Ey ey ey que tu has hecho lo mismo!! Lo que pasa que te ha salido mal!! jaja. Ten en cuenta mi buena fe que yo te lo he contando, eh?? Si no, nunca te hubieras enterado!
Yo: Jajaja, ok.
Me acerque de nuevo a el para darle un suave y dulce beso, que termino con un:
Yo: Buenos días mi tullido preferido!! jajaja
B: Ya estamos!! Se acabo la paz! Y además ya no estoy tullido, que mas o menos puedo hablar…
Yo: Bueno lo de hablar es secundario….. Ayer eso no hizo falta…
B: Y ahora tampoco..
Me sello la boca impidiéndome hablar con sus deliciosos labios y abrazándome con fuerza se coloco sobre mi, hundiendo sus piernas entre las mías.
Comenzó a darme besos muy leves en la cara, rodeando mis labios. Siguió hacia abajo, hasta los hombros, dejando huellas húmedas en los hoyuelos con su lengua.
Era un momento bastante embarazoso. Ayer, en la oscuridad era todo mas sencillo, podía verle, pero no con la perfección de ese momento. La noche y mis cócteles hicieron un buen trabajo por mi y por mi vergüenza.
Pero ahora y con la claridad del dia, hacia que ambos pudiéramos vernos con total perfección, cosa que por un lado era sublime y por otra desconcertante.
Fue agachándose bajo las sabanas recorriendo mi ombligo y el contorno de las caderas. Mi corazón empezó a latir con fuerza mientras le clavaba los dedos en los hombros y llevándolos así, hasta su pelo. Siguió recorriéndome con sus besos, hasta que mis pequeños gritos se convirtieron en suplicas incoherentes.
Se levanto despacio para destaparnos a ambos y subir de nuevo hasta mis labios. estábamos totalmente desnudos, el sobre mi y yo sujetándole firmemente por la espalada, como si tuviera miedo de que alguien me lo arrebatase.
Me miraba una y otra vez, cosa que me ponía muy nerviosa y me avergonzaba hasta un punto ilógico.
B: Te pones tensa cuando te miro…
Solo me reía inconsciente, sin saber que decirle y desviando mi mirada.
B: Eyyy mírame! Te estoy hablando a ti… si a ti, a la morenita sonrojada!
Yo: Jajajaa
B: Si no te gusta dímelo, no lo volveré a hacer… bueno si, pero como antes, cuando estés dormida y no puedas decirme nada!
Yo: Jajaja, si ya sabia yo que tu de bueno tenias poco… mmmmm
B: Como dices? No te ha gustado o que?? Igual hay que mejorar….
Yo: Sip. Yo creo que va a ser eso! – le decía con altivez –
B: Sabes como se mejoran las cosas?? – me pregunto arqueando la ceja –
Yo: así??? – le dije poniéndome encima suyo, y colocando mis manos en la almohada, para echarle una mirada soberbia y lujuriosa, mientras me acercaba deseosa a sus labios –
Le bese lentamente, torturándole. Jugando suavemente con su piercing, rodeando la comisura de sus labios. Sintiendo como a cada momento su excitación se hacia mas notable.
Me separe un poco de el para que me diera su aprobación.
B: No esta mal… ummmm. Pero a mi me gusta mas ASI!
Me ladeo con rapidez poniéndome de nuevo boca arriba, y levantándome los brazos junto con los suyos tocando el cabecero de la cama, entrelazando nuestras manos para besarme salvajemente.
Estaba rozando el éxtasis, se había convertido en una fiera felina.
La dulzura que siempre te propinaba al principio y que luego se convertía en una tormenta de sensaciones.
Se deshizo de mis manos dejándolas sobre mi cabeza, para recorrer mis brazos con un suave cosquilleo llegando a mi boca y terminando en mis pechos.
Era una sensación tan encontrada. Entre vergüenza y placer, timidez y satisfacción, rubor y deleite.
Sentirle tan cerca, sabiendo que en ese momento solo establos los dos. Uno para el otro, nadie mas existía en nuestro mundo.
Sabiendo su poder de liderazgo le pregunte vanidosa:
Yo: Por que siempre llevas tus las riendas?
B: Porque soy yo el que manda!
Yo: Como?? – le dije incrédula –
B: Soy posesivo! Y tu eres mía!! – me dijo con una mirada caliente –
Yo: No puedo creer que tu hayas dicho eso!! jajaja. Pero si hasta hace unas horas, yo te daba miedo!! Ni te atrevías a besarme!!
B: Empezar me cuesta, pero como me desate….
Yo: Ya veo ya!! jajaja
pensé en decirle: Eso es mas propio de Tom! Pero creo que no era el momento de mencionarle y menos en esa situación, probablemente la magia, o mas bien, la seducción que estaba llevando a cabo, se rompería.
Yo: Pues sabes qué??
B: Qué?
Yo: Te has ido a topar con una ‘morenita’ a la que no le gusta que la mangoneen! así que hoy y ahora mando yo! – le grite graciosa, mientras intentaba cogerle con mis manos para tirarle a la cama –
Bill se dio cuenta de mis intenciones y me freno, cociéndome las manos de nuevo, y colocándomelas junto con las suyas sobre mi cabeza.
B: No no no – decía negando con la cabeza – Aquí mando yo!
Yo: Suéltame! jajaja. Que me sueltes – le gritaba intentando liberarme –
Bill tenia mas fuerza de la que imaginaba y mas decisión propia, de la supuesta.
El siempre era el líder, dentro y fuera del grupo. Nunca aceptaba un `no´ por respuesta y los retos le encantaban. En ese momento, yo era el suyo.
Así comenzó un juego animal, en el que utilizando la fuerza, intentábamos poseer el uno al otro.
Bill me gano por goleada, aunque en un momento de descuido, conseguí escapar de sus manos para ponerme sobre el y controlarle.
Estuve un buen rato gozando de su silueta, mi vergüenza había desaparecido por completo y esta vez no era gracias al alcohol.
Me detuve en su estrella pélvica, observándola con minuciosidad, cada trazo perfectamente definido. Repasaba su relieve con mis dedos mientras, mi lengua hacia el resto, para terminar en su ultimo pico el cual me llevo a su entrepierna.
Pude notar como aquel acto, tenso sus muslos e hizo que inclinara su cabeza encorvando la espalda mientras sujetaba las sabanas ferozmente.
Mi boca recorría todo lo que el, con sus apurados gemidos me pedía. Sus músculos contraídos me confirmaron lo que ya sabia, el absoluto y voraz placer que aquello le estaba produciendo.
Entrecortadamente me susurraba:
B: A..ametz..
Hasta que en un momento me sujeto con su mano derecha haciéndome subir hasta el, y mirándome con cara sofocada me musito:
B: Ahora me toca a mi
La seducción se transformo en exigencia. Sus dedos bajaron implacables por mi vientre, suaves y excitantes, que empezaron a trazar pequeños dibujos sobre la curva de mi trasero, deslizándose hasta mis muslos y volviendo hacia atrás.
Contuve la respiración al notar que el fuego que me producía se encendía intensamente, todavía creo, tratando de resistirme.
Pero Bill seguía su lenta incitación, pausadamente, mientras yo trataba de ahogar un gemido, que se me escapo de todas formas.
Sus manos se dirigieron hasta mis caderas, cogiendo mis muslos y abriéndolos. Su aliento, calido y húmedo, me acariciaba el cuello y sus dientes mordían mi lóbulo derecho con un suspiro ardiente, mientras sus dedos hacían el resto.
Y por fin, sus labios se encontraron al tiempo que algo estallaba dentro de mi.
Un demoledor impulso. Una descarga eléctrica vibrante. Desde ahí un calor ardiente recorría todo nuestro cuerpo; aquel era el núcleo del placer.
Quedamos parados ante aquella dulce y nueva sensación para continuar con el frenesí.
Solo oía el jadeo de la respiración de Bill; nuestros agudos y suaves gemidos que acallábamos en nuestras bocas.
Me recorrían sensaciones amargamente dulces, mientras Bill se aferraba a mis caderas en una posesión absorbente, uniéndome frenéticamente a el, de una forma cada vez mas estrecha, fundiéndonos como si fuéramos uno solo.
El conducía y mandaba, me poseía y me llevaba, hasta una explosión y euforia que nos llego al mismo tiempo.
Clave mis uñas en el, flexionando mi espalda como un movimiento involuntario, mientras Bill me sujetaba fuertemente por la espalda elevándome suavemente para atraerme hacia el con fuerza.
Se reía dulce cuando dejo escapar un grito ahogado que se fusiono con el mío, y ambos en nuestras bocas.
Cayó tendido sobre mi, mientras yo jugaba con su pelo y le admiraba dándole pequeños besitos por toda la cara. Observaba la perfección de su nariz y la trazada impecable de sus rasgos.
Se puso a mi lado abrazándome tiernamente y yo correspondía sus peticiones hundiendo mi cara en su pecho. Notaba el bombeo de los latidos de Bill acelerados, que se fueron pausando según se quedo dormido.
Me quede así, abrazándole y percibiendo su olor con cada respiración.
Me había impregnado de el y el de mi. habíamos creado un perfecto tandem imposible de olvidar, y teniendo miedo a aquello nunca se fuera a repetir me aferre mas fuerte a el, sin dejar ni un solo milímetro de separación entre ambos.
Nos despertó su teléfono móvil, sobresaltándonos a los dos, lo que hizo que Bill se separara de mi.

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