jueves, 13 de mayo de 2010

Capítulo 39

Cap.39
O mucha casualidad era que todas las personas con las que me había cruzado hasta el momento serían japonesas o estábamos en Tokio!!
Me gire hacia Bill para zarandearle del brazo mientras le gritaba contenta:
Yo: Bill no puede ser!! Me has traído a Tokio!! No me lo creo!
Bill asintió gracioso casi dando botes de alegría.
Los dos nos pusimos a reírnos como locos, creo que en parte por los nervios, hasta que Bill noto un pequeño pinchazo en su garganta.
Su equipo de seguridad estaba ya esperando a la salida de la Terminal. nos recogieron tal y como estaba previsto, y directamente nos llevaron hasta un Mercedes negro de cristales tintados donde esperamos a que trajeran nuestras maletas.
Yo no paraba de observar todo lo que desde la enorme ventanilla de aquel lujoso coche se veía. Bill hacía exactamente lo mismo que yo.
No tardamos demasiado tiempo en llegar hasta el hotel.
Se trataba del Park Hyatt Tokio, uno de los mejores hoteles de la ciudad.
Yo al verlo quede totalmente perpleja, pero ni punto de comparación a la cara que se me quedó en cuanto vi la habitación, no se si por lo lujosa que era o porque sólo había una reserva de una única habitación y éramos dos!!
Antes de que dijera nada, Bill me aclaro como pudo:
B: Habíamos cogido ésta para los dos..
Mi ceño se fue frunciendo cada vez más según Bill proseguía su explicación. Como que había cogido esa habitación para los dos?? T.T
B: Quiero decir para Tom y para mi – me dijo vergonzoso – jeje, como la cama es de 2X2 no tendríamos problemas de espacio… así que como la habitación es muy grande, y dispone de un salón todavía más, yo no tengo ningún problema en dormir en el.. si tu no ves inconveniente… sino pediré otra habitación.

Yo: No no Bill, no hace falta. Encima que vengo de invitada no voy a poner objeciones!
Estaba a punto de gritar de emoción. Me encontraba en Tokio, una de las ciudades que más me apetecía conocer del mundo y encima con Bill. Por si eso no era suficiente, los días que pasáramos allí tendríamos que dormir en la misma habitación y esperaba que, a no mucho tardar, en la misma cama. XD

En cuanto hubimos dejado todas las maletas y nuestras pertenencias en la habitación, lo primero que hice fue llamar a Nekane, preguntarle por su estado y contarle todo lo que había sucedido en las últimas 24 horas.
Me contó que los días que había pasado en casa de su hermano habían sido estupendos. La familia había acogido muy bien la noticia del niño, estaban casi más ilusionados que ella misma.
Me preguntó si había estado con Georg, y que es lo que le había contado, ahí me dio pie para decirle que al único que le había dicho algo era a Bill y en un vuelo con destino a Tokio. Su primera reacción fue no articular palabra en los segundos siguientes, pero según asimilaba lo que le estaba contando se puso casi tan contenta como yo.
Estuvimos hablando al rededor de media hora mientras Bill hacía los arreglos necesarios con su seguridad y le reservaban restaurante para cenar aquella noche.
Al terminar de hablar con Nekane me duche y cambie, con la poca ropa que tenía. Así que, y hasta la hora de la cena, y después de ver de arriba abajo todo el hotel, nos fuimos de compras por Tokio. La idea le gustó tanto a Bill, que creo nunca le había visto tan feliz, al proponerle algo.
yo me dedicaba a mirar por las tiendas más o menos económicas, mientras que el sabia muy bien lo que quería y donde lo quería comprar. Estuvimos en Dior, su marca favorita, D&G, Gucci, Louis Vuitton, Prada…
A mí los ojos me hacían chiribitas de ver las colecciones de aquellas tiendas y sobre todo de sus precios.
Salimos con tantas bolsas de allí que los de seguridad tuvieron que llamar otro coche por que en el Mercedes, con el que nos habían venido a recoger no entraban todas las bolsas. Se compró tres chaquetas de cuero, dos negras y una blanca, tres pantalones vaqueros, uno negro, un par de maxi-gafas de sol, cinco camisetas y dos bolsos.
Yo me compre un par de vaqueros, tres camisetas y un par de sandalias. Baratijas a comparación de lo que el nene se había agenciado.
Regresamos al hotel y nos cambiamos de ropa para la cena. Yo no tenía nada demasiado elegante, así que con un vaquero, las sandalias nuevas y una camiseta blanca de escote, estuve preparada en 20 minutos.
Aunque si lo llego a saber, me hubiera bajado al spa que disponía el hotel, o al casino! me hubiera dado tiempo a gastarme la herencia de mi familia entera!! Tuve que esperar a Bill otra hora más, a que estuviera listo.
Pero creo que la espera mereció la pena. Estaba realmente guapísimo.
Por un momento pensé, en que habíamos cambiado los papeles, yo era el chico y el, la chica. Al comentárselo nada mas verle asintió como si para el, eso ya lo tenia mas que asumido.
Todavía no me creía muy bien donde estaba y con quien. A cada momento que lo pensaba, una sensación de plenitud me recorría todo el cuerpo, haciéndome reflexionar en que no recordaba una época tan feliz de mi vida como la que estaba viviendo entonces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario