jueves, 13 de mayo de 2010

Capítulo 47

Cap. 47
Las tres semanas siguientes se hicieron interminables aunque amenas, Raúl vino hasta Barcelona y estuvimos ultimando los detalles finales de la apertura de la nueva oficina en Roma.
De allí, nos dirigimos a la ciudad italiana para ver todo el proyecto in situ.
Para el verano del 2009 Raúl se trasladaría allí a vivir para encargarse de la sucursal italiana.
La estancia allí fue casi mas placentera que obligada, y de vuelta de nuevo en Barcelona y con los diez días que quedaban hasta el próximo encuentro con Bill, me los pase planeando y discurriendo aunque sin parar de trabajar.
Pasaba cada vez más tiempo con Nekane, acompañándola entre otras cosas a sus clases de preparación para el parto. Estaba nerviosísima, y mas cuando veía que la fecha se acercaba y no tenia decidido el nombre del bebe.
Una fría pero lucida mañana de enero me desperté medio en sueños imaginando que me encontraba con Bill en una playa desierta a 35ºC de temperatura y bañados por el radiante sol, nos alcanzaba la espuma del mar mientras en la orilla hacíamos el amor.
Entonces empapada entre sudores y sofocos, decidí que ese, era el sitio donde debíamos pasar esa semana de vacaciones.
Fue como una visión que en tenia que cumplir.
Me levanté apresuradamente y avisando que esa mañana no iría a la oficina me dirigí a la agencia de viajes más cercana de mi casa para contratar el viaje antes de que se me pasara la ‘euforia veraniega’, también llamado de que otra manera.
Entré y le conté exactamente a aquella chica tan maja que me atendió, lo que quería. Lo tenía muy claro y al explicárselo tal y como lo soñé omitiendo algunos de los detalles, claro está, me dio dos opciones.
• Bora-Bora• Maldivas
Pertenecerían ambas al hemisferio sur y allí, en aquellos momentos estaban disfrutando del pleno verano.
El sitio ideal para escaparse en invierno.
Cuando todo parecía estar cerrado, el vuelo, hora, día, hotel, algunas de las actividades… la chica me pidió el nombre y DNI de los pasajeros.
Así que la única opción que me quedaba era llamar a Tom y contarle todo, para que me diera la información necesaria.
Lo hice pero no me cogió, así que después de intentarlo otras diez veces más, quede con la chica que en cuanto tuviera los datos la llamaría.
Esa misma tarde Bill me llamo. Lo hacía casi todos los días y si no era así lo hacía yo.
Después de contarnos lo rutinario, reírnos de tonterías como siempre y picarnos mutuamente, le pregunte el número de Tom y me confirmo lo que ya me imaginaba, que lo había cambiado.
Así que inmediatamente después de colgar, lo volví a intentar, pero esta vez con el numero correcto, que me descolgó diciendo:
T: Guarrilla! Jajaja, como has conseguido el numero?
Yo: Gracias! jajaja, me lo ha dado tu tía Anuska.
T: Mi ti Anuska??
Yo: Tienes una tía que se llama Anuska?
T: No
Yo: Pues entonces! Como me lo va a dar ella!! Jaajaja
T: Desgraciada! Deja de vacilarme!
Yo: Y tu de llamarme guarrilla!!
T: Eso es un ritual!
Yo: Y lo de vacilarte también! Jajaja
Me alegro notar que de animo se encontraba tan bien, e imagine que había superado en gran parte la falta de su abuela. No saque el tema porque sabia en que situación se encontraban cada uno de ellos gracias a Bill.
así que haciendo el imbécil nos tiramos un buen rato hasta que le conté mis planes y le pedí que hiciera de intermediario y aparte de darme la información que necesitaba, moviera todos los hilos posibles para que me cuadrasen las fechas, pero sin que Bill se enterase de nada.
Quería darle una sorpresa y esta vez en condiciones, como la que el me dio llevándome a Tokio y no mi intento fallido en Francia.
Tom me dijo que a Bill le encantaría la idea por la sorpresa, pero sobre todo por el lugar elegido.Así que al día siguiente me llamo todo entusiasta para confirmarme que la ‘Operación Calamar’como la habíamos denominado, iba perfectamente.
Bill no sospechaba nada aunque según Tom sí que tenía algunos planes para esos días de vacaciones que tuvo que intentar persuadir de la mejor manera.
La fecha se acercaba y el exceso de nervios me hizo dejar de dormir mas de un dia, elucubrando cómo sería volver a estar con Bill y las ganas que tenía de verle.
Nos encontraríamos en Madrid tal y como habíamos quedado y de allí decidiríamos el destino. Me mosqueo el que Bill no replicase aquella idea cuando se la propuse, no es una persona que deje las cosas al azar, tiene que tener todo perfectamente planificado, pero pensé que ahí intervino Tom con su santo Don del oportunismo, así que no le di muchas vueltas mas.
El día anterior Bill me llamo para decirme que saldría en el siguiente vuelo al que esperaba, cosa que me trastocó un poco los planes pero no demasiado.
Esa noche, hice el súper maletón que quería llevar pensando que era un poco excesivo sobre todo cuando me metieron 55€ de recargo por exceso de peso en el vuelo hasta Madrid.
Estaba como un flan además de que no había pegado ojo en toda la noche y tenia un cúmulo de nervios concentrado en el estomago.
Llegue y me dirigí a la sala 23 situada en ‘salidas’, donde había quedado, me encontraría con Bill.
Al llegar y enseñar la tarjeta de embarque me denegaron el acceso, alegando que no era persona grata, vamos que no era VIP. así que tuve que esperar 40 minutos hasta que llego el y me dejaron pasar.
Le vislumbre cuando las puertas de la entrada se empezaron a entreabrir, su inconfundible silueta y altura me hicieron reconocer le.
El pelo negro azabache se disparara en todas las direcciones mientras sus gafas de sol tapaban casi toda su cara. Una chaqueta gris oscura y brillante, abrochada hasta el cuello, un pantalón de pinzas negro caído y sus botas militares, más un maxi bolso y cinto de hebilla plateada.
Se iba acercando con su mirada fija en el suelo, como si no quisiera ver lo que a tan solo unos metros se apostaba frente a el. Pero según la distancia se iba haciendo menor si pude percibir una pequeña sonrisa denotando el grado de inquietud que le invadía.
Te podías llegar a sentir totalmente insignificante a su lado no sólo por que ya su altura es impactante, sino porque era casi imposible llegar a igualar el grado de perfección que Bill representaba.
Me sonrió nervioso mientras se acercaba a mi y cuando me lance a sus labios aun así, algo tímida, Bill me detuvo amarrándome por los hombros, dándome dos simples besos en la mejilla. Me quede petrificada y mi cara lo reflejo a la perfección, mis brazos cayeron del mismo modo en que los habría levantado para abrazarle y Bill al notar mi reacción se acercó y me susurró:
B: Hay prensa, disimula…
Entonces comprendí su comportamiento y me alegré de saber que se debía a ese motivo.
Me hizo un gesto con la cabeza haciéndome entrar en la sala, y una vez dentro me explico un poco el proceso .
Le habían seguido hasta allí y le habían fotografiado; para el nada nuevo, pero yo le escuchaba como si me estuviese relatando el Armagedon.
B: No descarto que también te hayan sacado a ti… - me dijo –
Yo: No creo… yo no tengo ningún interés
B: Todo el mundo que me rodea tiene interés!
Yo: Bueno, pero ahora estamos aquí dentro…salúdame como es debido, no? Ahhh no! Que tonta! Que tu eras de esos que si no dan el primer paso por ti o vas pedo, te dan las vergüenzas!
B: Jajaja, bueno eso lo reservo para la llegada…
Yo: La llegada a donde?
B: Pues donde vayamos no? – me respondió nervioso –
Yo: Pero si no hemos decidido donde!
B: Bueno pues donde sea…
Su respuesta me dejo un poco mosqueada, creo que esa ultima frase no debía haberla dicho pero su cabeza le traiciono.
así que le respondí:
Yo: Bueno pues yo si! Y vamos porque sino llegaremos tarde.
B: Tarde? A donde?
Yo: Ahhh.. tu sigueme! – le dije contenta -
B: No. Primero dime el plan, luego veremos como llegar.
Le dije cuál era nuestra puerta de salida y Bill se lo comunico a Saki, que después de indicarnos el camino que cogeríamos con pelos y señales, me saludo tan recto y seco como siempre.
Hasta nuestra llegada al avión no hubo ningún percance, ni prensa, fans o curiosos … por lo menos yo nos lo vi.
El vuelo salió a la hora prevista y aunque Bill se enteró del destino nada más despegar, más que nada por la pantalla de que cada uno disponía en su asiento delantero con el mapa del vuelo… no me preocupo, ya que ese, no era nuestro destino final, nos quedaban todavía un par de ciudades por visitar.
Después de 2 trasbordos, y 327.298 horas de espera, aquello se empezaba a parecer mas al viaje de Willy Fog, que a unas vacaciones!!
Aunque las horas se nos pasaban amenas, hablando sin parar. Contándonos mutuamente los últimos dos meses que habían pasado desde la última vez que nos habíamos visto.
Le conté los planes de mi empresa y los míos por consiguiente, para el futuro cercano, el traslado a Italia y nuestra nueva sucursal.
El me relato los muchos conciertos que habían estado dando, la salida cercana de su próximo álbum, anécdotas varias, algunas muy divertidas y otras no tanto, las 1000 y 1 noches de Tom, y terminamos hablando de Nekane y Georg.
Ese sí que era todo un culebreen y no el que yo estaba vieviendo.
B: No te preocupes por eso
Yo: Como no me voy a preocupar? yo cada día veo más imposible que vayan a volver, bueno a retomar lo que se supone que tuvieron
B: Te dije que confiaras en mi, no?
Yo: Si Bill, pero Nekane está de casi seis meses y yo no veo que ella esté por la labor de nada!
B: Es que yo de Nekane no me puedo encargar! yo te prometí que se arreglaría y así va a ser.
Yo: Madre mía cuando hablas así me recuerdas al papa, sentando cátedra! Que miedito…
B: Me tomaré lo del papa como un halago…
Yo: Si mejor será!! jajaja
Bill me pidió que no mencionara mas el tema de ellos dos, porque todo se iba a arreglar, y mas pronto de lo que imaginaba, así que, con mas miedo que confianza, le hice caso.
Le preguntaba cada dos por tres si estaba nervioso por no saber dónde iba, si le iba a gustar….
Solo hablaba yo del tema, cuando el que debía de estar cardiaco era el y no yo! además conociendo le lo culo inquieto que es, que siempre tiene que saberlo todo!
Para la llegada del último trasbordo que teníamos que hacer no hubo mucho problema, fuimos los últimos en salir y los primeros en llegar hasta la otra salida de embarque y aunque la gente le miraba como a una bicho raro, se pensarían que era un chalado y no Bill Kaulitz.
Este último vuelo se nos hizo más pesado de lo que imaginaba, Bill se quedo dormido y yo no lo conseguí, debido a los nervios.
Después de observarle como media hora mientras dormía me puse a ver la peli que estaban echando.Hasta que Bill despertó de nuevo y bostezando se marcho al baño.
Entonces se me ocurrió una de esas ideas que sólo a mí se me ocurre en años bisiestos, gracias a Dios.
Fui detrás de él sin que se diera cuenta y metiendo el pie antes de que pudiera cerrar la puerta del baño me metí con el, sin su consentimiento.
Yo: Ahora también me vas a decir que hay prensa?? - le dije desafiante-
El cubículo era tan sumamente pequeño que no me hizo falta ni dar un paso hacia delante para besarle.
Me lancé a sus labios mientras mis manos le enganchaba de la cinturilla del pantalón atrayéndole hacía mi.
Bill me correspondió con un beso ardiente pero corto, me separó de él y mirándome serio me dijo:
B: Ametz, aquí no! Nos pueden ver!
Yo: Pero quien no os va a ver? Estamos a 10.000 m de altura en el baño de un avión! , como no haya una cámara metida en el retrete…ya me dirás tu!
B: En serio, hasta que no estemos donde sea que vayamos yo no me fió. De verdad, hazme caso…
Yo: Vale, vale..ok – le respondía alejándome de el todo lo que pude –
B: No te lo tomes a mal! No es por ti, es que tengo sospechas de que nos pueden querer fotografiar, y no quiero ningún escándalo!
Sus argumentos parecían convincentes aunque un poco escasos, pero si realmente era así, Bill tenia razón.
Salí del baño dejándole allí y me encontré de frente con una de las azafatas que al pasar me miro de un modo bastante raro, y de allí, se dirigió a la cabina.
Me senté de nuevo y poniéndome los cascos, logre conciliar el sueño hasta nuestro destino definitivo.

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